martes, 31 de enero de 2017

El porqué de las tarifas de un intérprete: el caso del simposio/congreso de medicina

Muchas veces me he topado con gente que me mira incrédula cuando le digo lo que suelo cobrar por interpretar en un congreso o en otro tipo de actos. Inmediatamente dividen el importe entre el número de horas que dura el evento y la cifra que obtienen es, efectivamente, una tarifa por hora más que aceptable. Luego ponen cara de sorpresa y extrañeza cuando añado que, en muchas ocasiones, me sale más rentable traducir según qué textos y para qué clientes, con lo que me toca explicarles el porqué (y lo hago encantada).

Como con muchos clientes ni siquiera tengo opción a llegar a esta fase de explicación porque te cierran la ‘puerta’ en las narices con el argumento de que la tarifa es muy elevada y Fulanito lo hace por la mitad, voy a aprovechar este espacio para explicar por escrito en qué consiste, para mí, el prepararse para un trabajo de interpretación y el tiempo que se invierte, centrándome en el ámbito que mejor conozco: los simposios o congresos de medicina (sin que eso signifique que el resto de eventos —jurídicos, políticos, cinematográficos, deportivos, etc. — no requieran igual o quizá más labor de preparación). 

Más concretamente me referiré a un tipo de encuentros con el que me ha tocado lidiar hace bien poco: los simposios monográficos impartidos por un líder de opinión (un médico conocido y respetado en su campo) y que,  en ocasiones, cuentan con el respaldo de una empresa farmacéutica.


Espero que después de esta detallada explicación los potenciales clientes entiendan mejor dónde van a parar sus euros y los beneficios que les reporta esta inversión de tiempo y de dinero.

  • ·         Lo primero que hay que hacer es documentarse bien sobre la enfermedad de la que trata el simposio:

o   Etiología y mecanismos generales de la enfermedad
o   Fases/evolución de la enfermedad
o   Incidencia en nuestro país y perfil más habitual de los pacientes
o   Carga que supone para la atención sanitaria

  • ·         Luego hay que entender bien qué mecanismos existen hoy en día para luchar contra la enfermedad:

o   ¿De qué medicamentos disponemos para combatirla? ¿A qué clase farmacológica pertenecen y cuál es su mecanismo de acción? (Aquí toca estudiar un poco de bioquímica.)
o   ¿Qué resultados proporciona cada opción terapéutica? ¿Cuáles son sus principales efectos secundarios?
o   ¿Se puede curar la enfermedad o es degenerativa/crónica y el objetivo de los tratamientos es ralentizar su curso y mitigar/atajar los síntomas?
o   ¿Hay otros métodos no farmacológicos que se empleen también para tratar la enfermedad?
o   ¿Cuál es el algoritmo terapéutico que se suele aplicar en España?
o   ¿Hay guías nacionales o internacionales que emitan recomendaciones concretas sobre cómo se ha de abordar la enfermedad? ¿Existen discrepancias entre el abordaje recomendado en nuestro país y el que se sugiere en otros países? ¿Cómo ha evolucionado dicho abordaje en los últimos años? ¿Qué sociedades médicas elaboran dichas guías?
o   ¿Qué ensayos clínicos hay en marcha para el desarrollo de fármacos indicados para esta enfermedad? ¿En qué fase están y cuáles son los resultados preliminares que han arrojado?
o   ¿Cuáles son las principales necesidades que aún quedan por cubrir? ¿Qué tipo de pacientes concretos son los que peor responden a los tratamientos actuales?

  • ·         Una vez entendida la enfermedad, hay que conocer también al ponente:

o   Lo más interesante es practicar con el vídeo de alguna ponencia que haya dado un congreso o simposio similar, para familiarizarse con su acento y con su manera de comunicarse.
o   También conviene buscar artículos científicos en los que aparezca como autor para saber en qué líneas de investigación está implicado y si ha participado o no en algún ensayo clínico.
o   Además, sería recomendable conocer de antemano el hilo argumental que el ponente va a seguir en este simposio y las principales conclusiones que quiere transmitir al público asistente, para que no haya lugar a malentendidos.
o   Y ya si disponemos de la ponencia que va a impartir, miel sobre hojuelas. Poder repasar toda la terminología utilizada (acrónimos incluidos) y analizar de antemano los argumentos que va a presentar da mucha tranquilidad. Pero eso no nos exime de acometer la búsqueda de información que se menciona en los puntos anteriores. Tener la ponencia no es un ‘atajo’ sino un valor añadido.
  • ·         Si el simposio cuenta con patrocinadores del mundo de la industria farmacéutica, no hay que olvidarse del lugar que ocupa dicha farmacéutica en el contexto de la enfermedad que se va a tratar:

o   Hay que conocer la historia de la empresa y saber qué ámbitos terapéuticos cubre.
o   Hay que tener muy claro cuáles son los medicamentos que elabora la farmacéutica en cuestión, qué principios activos lleva cada uno y qué resultados dan en el contexto de esta enfermedad. Ahí no se admiten tropiezos ni equivocaciones y para eso el Post-it® siempre es un gran aliado.
o   Hay que saber cuáles son los principales competidores (medicamentos concretos y empresas farmacéuticas) y cuáles son los puntos fuertes de cada opción terapéutica.

  • ·         Otro factor importante es saber a qué tipo de público va dirigida la ponencia. ¿Médicos especialistas? ¿Médicos de atención primaria? ¿Pacientes o familiares de pacientes? El registro que vayamos a emplear tendrá que estar acorde con el tipo de receptor de nuestro mensaje.


Hay que tener en cuenta, además, que las búsquedas de información anteriormente mencionadas hay que hacerlas bilingües, lo que duplica el tiempo que hemos de dedicar: porque hay que entender bien al ponente y su mensaje pero también hay que conocer muy bien el lenguaje específico que se utiliza para hablar de este campo en nuestro idioma (suponiendo que tenemos entre manos una interpretación al español, por ejemplo). Es importante mimetizarse bien con el entorno para que nuestros oyentes se sientan cómodos escuchándonos.

Con todo lo expuesto, no es difícil entender que no basta con saber inglés: un simposio de un par de horas puede acabar necesitando de varios días de preparación

Pero lo que no cabe duda es que la inversión de tiempo siempre queda reflejada en los resultados. Siempre. 

Y por eso, estimado cliente, cobramos lo que cobramos.